- Paso 1 -
Texto Libre
Ejercicio preparatorio
Objetivo: Seguir la mayor cantidad posible de estímulos a la vez
Después de intentar poner la mente en blanco, percibimos y seguimos el camino de nuestros pensamientos, superposiciones, simultaneidades, sin concentrarnos en uno específico, sino navegando con una perspectiva abierta a 360°.
Como primer paso de esta etapa del Método, escribimos rápido, de forma automática y sin preocuparnos por la redacción, todo lo que estamos imaginando, sin limitarnos, sin miedo a juicios, sin prejuicios, sin temores, sin autocensuras, dejando espacio a todo lo que salga espontáneo, incluso eventuales acciones físicas sobre el papel mismo.
Intentar utilizar lo menos posible la mente y la lógica, ayuda a acercarnos a un momento imaginativo sin límites definidos, fruto de las emociones consecuentes a una determinada percepción libre de la realidad.
Todo eso se amplifica cuando nos dejamos guiar por el instinto hacia lugares que estimulan los sentidos y permiten la libertad de percibirlos sin filtros. Por eso, es útil lograr salir de la rutina o ponerse en un contexto poco habitual, ir a un lugar nuevo o poco conocido, en el intento de abstraerse de la propia realidad o historia personal.
Para dejar de lado los condicionamientos de un entorno castrante por sus modelos impuestos, es útil crear o ponerse en situaciones inusuales, ya sean cómodas o incómodas, para estimularse. Estas incluso pueden ser acciones que nos parezcan ridículas, como bailar, correr, girar sobre nosotros mismos, quedar un tiempo sin comer o sin dormir, escribir al despertarse por la mañana, en relación con los sueños, etc. Es decir, intentar poner en acto todo lo que baje las defensas mentales.
No es necesario que sea "correcto" a nivel gramatical o sintáctico, incluso podrían ser palabras sueltas o frases "sin sentido", ni lo es escribir de izquierda a derecha o desde arriba hacia abajo u ordenado o con letras de la misma dimensión, sino seguimos el flujo emocional, sin tener miedo a vivirlo y dejándonos transportar por él, incluso en el aspecto visuales del texto.
Por cuanto pueda ser frustrante no lograr escribir todo lo que vivimos, intentamos no preocuparnos por eso y no elegimos una de las varias situaciones que se nos presentan a la vez, sino damos espacio a todo lo posible, incluso a aquellos pensamientos que pueden parecer "parásitos".
Es importante no pensar en lo que hemos escrito antes, ni leer lo que estamos escribiendo, sino seguir adelante sin pausas. Por eso, una opción es no mirar el papel o hacerlo al mínimo posible. Así haciendo, evitamos concentrar la atención en un solo camino dentro de nuestro mundo imaginario, y estamos abiertos a recibir todo lo que se presenta sin jerarquías ni prioridades previas, amplificando las posibilidades de relación con nuestro ser profundo.
También en caso de que la necesidad expresiva sea estimulada por una temática particular, una situación o una experiencia específica o relación con un objeto, un poema, una obra de arte, o un "mensaje", podemos vivir en profundidad lo que éstas provoquen a nivel emocional y escribir el Texto Libre siguiendo las mismas dinámicas propuestas antes.
Es preferible un texto escrito a, por ejemplo, una grabación, por su practicidad para el análisis sucesivo. De hecho, permite movernos de un lugar a otro con más facilidad, crear conexiones y relaciones de manera más inmediata. También se prefiere a un dibujo o a una foto, que a menudo implican un auto juicio estético más fuerte o conocimientos técnicos más específicos, con el riesgo de inhibir así la espontaneidad.
